Para los que ya tienen el juego en sus casas, y no promover un consumismo innecesario, se puede probar a hacer un agujerito con un taladro en cada ficha de un mismo color y así jugar con los ojos vendados para comprobar lo difícil y lo ejercitante para la memoria que es recordar solamente con el tacto y sospechar con el sonido el lugar donde el contrincante ha decidido insertar su ficha.
¿Te atreves a probar? Cuéntanos cómo te ha ido con esta nueva experiencia.
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